CONSUMADO ES

Consumado es
“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”
                                                                                  Génesis 3:15
         “11 años, 11años son necesarios en mi país para ser bachiller, y luego 5 años más para ser profesional”
         Esos son los pensamientos de una niña de 10 años realizando una proyección de vida, o lo que parece serlo a esa edad. En realidad, para ser exacta, mi propia proyección de vida.
         Cuando somos niños solo pensamos en nuestros estudios, estos son el centro de nuestra vida (al menos para los estudiosos), de tal manera que cualquiera pensaría que al finalizar dicha meta, que a los 10 años es equivalente a escalar el Everest, se acabaría nuestra vida. Al contrario a los veinte años solo estamos empezando con ella.
         En fin, recuerdo perfectamente el tan anhelado día de mi graduación. Había estudiado durante 15 años en total, me había maquillado, arreglado mi cabello, comprado vestido y sandalias nuevas, y cuando mencionaron mi nombre pude recibir mi título de Arquitecto… no el resultado de una mañana de preparación, sino el de toda mi corta vida de 19 años.
         Cuando reflexiono en la crucifixión de Jesucristo pienso en esto, así como me preparé toda mi vida para un minuto de honor, Jesucristo vivió toda su vida en la tierra y más allá, desde el comienzo de todos los tiempos estuvo preparándose para el momento de mayor humillación.
         Podemos constatar cómo desde Génesis 3:15 se anuncia la venida de Cristo. La crucifixión no fue un evento improvisado por el Padre. Al contrario, estaba planificado desde antes de la creación del mundo, desde la eternidad…
         Todos podemos imaginar vivir con una expectativa positiva, una graduación, una boda, un buen trabajo, la retribución a nuestros esfuerzos. ¿Imagina vivir la vida con la expectativa del momento de maltrato, rechazo, dolor, agonía, azotes, piel desgarrada, sangre, expuesto ante un grupo de personas que se alegran y burlan de su miseria, y que coinciden en ser aquellos a quienes está salvando?
         ¿Puede imaginar una eternidad con la conciencia exacta de como sería tal humillación?, si tomamos en cuenta la omnisciencia de nuestro Dios. Esto me hace entender la oración en el Monte de Getsemaní desde otra perspectiva:
“Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.                                                                                                       Lucas 22:42
            Definitivamente puedo entender sus palabras en la cruz del Calvario
Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.                                 Juan 19:24
Ya estaba hecho, ya había cumplido con el sacrificio que se le había encomendado. Sin embargo, nuestro Dios que rompe paradigmas nos tenía una sorpresa, porque en este momento, cuya descripción supera cualquier sufrimiento y entrega desinteresada de la historia de la humanidad, también estaba obteniendo la MAYOR VICTORIA JAMAS CONOCIDA.
“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”                                                                                                              Hebreos 12:2

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